Sunday, November 25, 2018

Cristo Rey


Reflexión
Juan 18, 33-37

Frente al Pilato, Jesús afirma que es rey. El encuentro de Jesuitas con Poncio Pilato es una confrontación entre dos reinos - el reino del imperio romano y el reino de Dios. 

Pero el Reino de Dios no tiene sus raíces en este mundo. 

Los reinos de este mundo son reinos que mantienen su poder con violencia, con manipulación, con dominación. Dan regalos para que mantienen su poder; amenazan a los que les oponen o les critican. 

El reino de Dios no se mantienen así. Tienen que ver con las realidades de la vida y de la política, pero no actúa con violencia, con amenazas, ni con sobornos.

El reino de Dios está encarnado en un hombre, preso, torturado.

El reino de Jesús es una crítica fuerte de los reinos de este mundo.

Es un reino que acoge al extranjero, que protege al pobre, que rechaza la violencia y la violencia – con un rey que toca con ternura.

Porque Jesús se pone al lado de los pobres, a lado de los condenados por los poderosos, a lado de los que sufren, a lado de los que están perseguidos por causa de la justicia de Dios. 

“Mi reino no tiene sus raíces en este mundo”.

Jesús no pertenecía al sistema donde el prefecto romano funcionaba, mantenido por injusticia o mentiras. Sus principios tiene otra fuente - el amor de Dios al mundo.

No vino para dominar como el imperador Tiberio sino para ser  testigo a la verdad, llevando el amor y la justicia de Dios en la historia humana.

“Vine al mundo para ser testigo de la verdad”.

¿Donde es tu lealtad? ¿La verdad o una ideología, una plataforma política o un líder?

¿A quién sirves?