Sunday, February 6, 2022

Dios nos llama - no hay excusas

Quinto domingo del tiempo ordinario - Ciclo C 
Isaías 6, 1-2a.3-8; 1 Corintios 15, 1-11; Lucas 5, 1-11 

Borrador de una homilía
“El hilo conductor de las lecturas [de hoy] es la llamada”. (Bíblico 2022

Hemos escuchado a Dios llamando al profeta Isaías, al pescador Simón (Pedro) y al Pablo (el “último entre los apóstoles”).

Dios no solamente llama a estos grandes hombres. Viene a encontrarnos, cada uno de nosotros, donde estamos, y a llamarnos a ser sus seguidores, y a la conversión. 

A veces sentimos, como Isaías, Pedro y Pablo, perdidos, impuros, indignos, pecadores, sin méritos, incapaces. Pero, a pesar de todo, Dios nos llama porque él ve algo bueno en cada uno de nosotros y tiene una misión para mí y para usted.

Podemos tratar de decirle algunas excusas, pero todavía nos llama. 

Isaías dijo que estaba un hombre de labios impuros; Simón Pedro le dijo a Jesús, “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”; Pablo se llama a sí mismo como un aborto. 
 
Pero Dios los purificó, los perdonó, los dio la fuerza; y él nos purifica, nos perdona, nos da la fuerza – no importa si nos sentimos reventados, inútiles, indignos. 

A veces Dios nos llama porque estamos débiles, no confiándonos en nuestras fuerzas o nuestros méritos sino en la gracia del Señor. Como Pablo escribió a los corintios, “no merezco el título de apóstol…. [Pero] gracias a Dios soy lo que soy, y su gracia en mí no ha estado inútil, no ha resultado estéril”. 

Dios nos llama a la conversión y a la misión – cada uno de nosotros. Es pura iniciativa del Dios. Él viene cada día llamándonos. Viene a encontrarnos y llamarnos. 

A veces la llamada es un evento espectacular – como con San Pablo cuando Jesús le apareció en el camino a Damasco, o como con Isaías en una visión en el templo, o como con Simón Pedro en la pesca milagrosa.

Pero, muchas veces las llamadas a la conversión o la misión vienen en el medio de la vida cotidiana – y solamente tenemos que reconocer que Dios está llamándonos.

Las llamadas espectaculares son como eventos que nos empujan a la acción. Tal vez conoce a un alcohólico que experimentó un momento en que decidió de dejar beber. Pero, la conversión, la llamada a la misión, no es un solo evento. Según la sabiduría de Alcohólicos Anónimos, la persona tiene que renovar su decisión cada día – y no puede hacerla sin la ayuda de Dios. 

A todos nosotros, Dios sigue llamándonos a la conversión permanente – cada día llamándonos a la misión del día. Porque la conversión es un proceso en curso.

También, la misión asumida no siempre es la misma – a veces Dios nos llama a ser y hacer algo más y tenemos que estar atentos a la llamada de Dios. 

 Porque Dios nos llama cada día, usualmente en lo cotidiano para vivir como hijos e hijas de Dios, como discípulos-misioneros, protagonistas del Reino de Dios – algunos con un cargo en la iglesia, pero para la mayoría como signos del Reino de Dios donde estamos – en la familia, en el trabajo, o en la escuela.  Tal vez Dios está llamándonos en el enfermo o la anciana que le gustaría una visita, o en las personas pobres que nos llama a ayudar en sus necesidades. Tal vez Dios está llamándonos a abogar para las víctimas de injusticia o violencia doméstica. Tal vez Dios nos llama a hacer algo muy sencillo - saludando alguien que está triste o se siente abandonados. con una sonrisa o una palabra.  

Cada persona – desde el niño al anciano – tiene una misión. No hay excusas. 

Porque Dios nos llama y nos da el perdón y la fuerza que nos falta. 

Dios nos llama hoy a la conversión, a la misión - ¿Cómo va a vivir la misión hoy?