Thursday, March 22, 2018

Via crucis ecológico


VIA CRUCIS PARROQUIAL 2018
“La Iglesia cuida la Casa Común”
PARROQUIA DULCE NOMBRE DE MARÍA
Dulce Nombre de Copán, Honduras


INTRODUCCIÓN

En su encíclica sobre el cuidado de la casa común, Laudato Si’, el Papa Francisco nota que el objetivo de considerar el medio ambiente es para “tomar dolorosa concien­cia, atrevernos a convertir en sufrimiento perso­nal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar”.

Hoy caminamos con Jesús hasta el Calvario, recordando no solamente su pasión y crucifixión, sino también los sufrimientos del pueblo y de la creación entera. Oramos y caminamos, pidiendo una conversión ecológica en nuestros corazones, en nuestras comunidades, en nuestros autoridades y en la Iglesia.

Iniciamos nuestro Vía Crucis con una oración del Papa Francisco:

Oh Dios de los pobres, 
      ayúdanos a rescatar a los abandonados 
            y a los olvidados de esta tierra
                  que son tan valiosos a tus ojos.  
Sana nuestras vidas,
      para que seamos protectores del mundo
            y no depredadores,
      para que sembremos hermosura
            y no contaminación y destrucción….
Dios de amor,
      muéstranos nuestro lugar en este mundo 

            como instrumentos de tu cariño 
                  por todos los seres de esta tierra. 
Dios de Misericordia, concédenos recibir tu perdón 
      y de transmitir tu misericordia en toda nuestra casa común. 
Alabado seas. 
Amen.



Primera estación: Jesús es condenado a muerte
La tierra, nuestra casa común, está condenada a muerte por nuestras acciones y las acciones de los poderes políticos y económicos.
     
      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo Evangelio según San Marcos
Pilato les dijo: ‘¿Qué voy a hacer con el que ustedes llaman rey de los judíos?’ La gente gritó:´¡Crucifícalo!’  Pilato les preguntó: ‘Pero ¿qué mal ha hecho?’ Y gritaron con más fuerza: ‘¡Crucifícalo!’ Pilato quiso dar satisfacción al pueblo: dejó, pues, en libertad a Barrabás y sentenció a muerte a Jesús. Lo hizo azotar, y después lo entregó para que fuera crucificado.

Meditación:
Jesús fue condenado por los poderes políticos y religiosos de su tiempo. Nuestro pueblo y la naturaleza están siendo condenados a muerte por la ambición y codicia de los que quieren apoderarse de nuestros recursos naturales.
Son muchos los Pilatos que tienen en las manos todos los recursos del poder y la violencia  y los usan al servicio de los más fuertes; ponen su autoridad al servicio de la injusticia y pisotean la dignidad del hombre y su derecho a la vida.
En todos los hechos de corrupción que suceden cada día en nuestro país, Jesucristo sigue siendo condenado a muerte; pues como dice el Evangelio “lo que hicieron con alguno de los más pequeños conmigo lo hicieron”.

      Oremos:
Por condenar a Jesús en nuestros pecados,  Señor, ten piedad.
Por condenar la tierra en nuestra ambición y codicia, Cristo, ten piedad.
Por no cuidar la casa común ante la fuerza y la violencia de los poderosos,  Señor, ten piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos


Segunda estación: Jesús carga con la cruz

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura del santo evangelio según san Juan
Se lo llevaron; y Jesús salió cargando él mismo con la cruz, hacia un lugar llamado La Calavera, en hebreo Gólgota.

Meditación:
A nuestro pueblo le han cargado con la cruz de la pobreza y el desprecio, por el saqueo de nuestras tierras. Se concesionaron los ríos, las montañas, las tierras para extraer los recursos naturales – por la avaricia y la ganancia personal. En sus ojos, el oro y la plata valen más que las vidas de los pueblos que viven allá. Aún, en búsqueda de oro, desarraigan los restos de los cementerios.
En el nombre de desarrollo, explotando los recursos naturales, cargan a los pobres con más pobreza, contaminación de los ríos y desplazamiento de sus hogares
En su carta pastoral, Discípulos, Misioneros, Custodios de la Casa Común, los obispos latinoamericanos escriben:
“Observamos que, a escala planetaria, la crisis de un modelo de economía cuyas políticas han conducido, en no pocos países, a que se acentúen los niveles de pobreza, desigualdad, agotamiento de los bienes naturales y destrucción ambiental. Hay una explotación desenfrenada “que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región”.

Oremos:
Por nuestra indiferencia ante las amenazas de destrucción a nuestra casa común,  Señor, ten piedad.
Por nuestros miedos y cobardías, Cristo, ten piedad.
Por nuestras complicidades con los que van detrás del dinero y no les importan las
personas. Señor, ten  piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos



Tercera estación: Jesús cae por primera vez

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo evangelio según san Juan       
Les aseguro que, si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.

Meditación:
Cristo cae por el peso de la cruz y el peso de nuestros pecados.
La tierra sufre por el peso de nuestros pecados. En Génesis, escuchamos que todo lo que hizo Dios, lo miró muy bueno. Como dice el Papa Francisco,
Según la Biblia, las tres relaciones vitales [con Dios, con el prójimo y con la tierra] se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado. La armonía entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber pretendido ocu­par el lugar de Dios, negándonos a reconocernos como criaturas limitadas.
Por eso, manchamos el don de la belleza de la tierra,  tirando basura en todas partes. Dañamos la integridad del suelo con uso de veneno y de químicos dañosos. Gastamos la fertilidad del suelo con el monocultivo. Sacamos los recursos naturales del subsuelo, dejando los desechos contaminando la tierra y las aguas; y con minería irresponsable extraemos el oro y la plata sin respetar los seres humanos que viven cerca. Como dicen los obispos latinoamericanos:
Nuestro planeta no aguanta más los múltiples impactos negativos sobre los frágiles equilibrios de sus ecosistemas y en su capacidad de auto-regeneración; impactos causados por una economía y un estilo de vida que llevan a una explotación desenfrenada de los bienes naturales de la tierra, contaminan gravemente y de manera creciente, el ambiente en muchas regiones de nuestro mundo, y convierten cada vez más nuestra tierra en un gran basural.
           
Oremos
      Por ensuciar la tierra con la basura y los desechos, Perdónanos, Señor.
Por explotar los bienes de la tierra sin pensar de las generaciones futuras ni de los que viven cerca, Perdónanos, Señor.
Por contaminar la tierra con veneno y químicos dañosos, Perdónanos, Señor.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos


Cuarta estación: Jesús se encuentra con su madre
     
      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

      Lectura del evangelio según San Lucas
Simeón les dio su bendición y le dijo a María, “Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones— y en cuanto a ti, una espada atravesará tu alma… Su madre conservaba cuidadosamente todas estas cosas en su corazón.

Meditación
En su camino al Calvario, Jesús se encuentra con María, su madre, una mujer de entrega que dijo “Si” al Señor. En su encíclica Laudato Si’, el Papa Francisco presenta a María como ejemplo de compasión para toda la creación:
María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido. Así como lloró con el corazón traspasa­do por la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y de las criaturas de este mundo arrasadas por el poder humano.
Como María, debemos cuidar la creación con ternura, consciente del sufrimiento de los pobres. Ella, madre de misericordia, es nuestra abogada en las dificultades de la vida porque ella sufrió la muerte de su Hijo, Jesús, y acompañaba a los discípulos después de la ascensión.

Oremos:
Da nos un corazón con la ternura de tu madre, mirando la creación con amor, te lo pedimos, Señor.
Da nos un corazón cuidadoso, cuidando la casa común como María cuidaba la casa en Nazaret, te lo pedimos, Señor.
Da nos un corazón de solidaridad y acompañamiento, respondiendo a las necesidades de nuestras familias y vecinos, te lo pedimos, Señor.

      Padre Nuestro… Dios te salve, Reina y Madre de misericordia … Gloria
           
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos


Quinta estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo evangelio según san Marcos              
Los soldados sacaron a Jesús fuera para crucificarlo. En ese momento, un tal Simón de Cirene, que es el padre de Alejandro y de Rufo, volvía del campo; los soldados le obligaron a que llevara la cruz de Jesús.

Meditación
Simón le ayuda a Jesús, cargando la cruz. Hoy muchos luchan para proteger la creación, a veces arriesgándose. Ellas y ellos, como Simón, cargan la cruz de una creación en peligro.  El Papa Francisco ha escrito:
Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la actividad humana, es­tán trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos. Merecen una gratitud es­pecial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación am­biental en las vidas de los más pobres del mundo.
Pero, muchas personas han dado su vida, aun acá en Honduras, y entonces, como los obispos de América Latina en una carta pastoral escribieron:
… es necesario cuidar a los cuidadores de la casa común, porque no pocas veces son amenazados, maltratados, reprimidos y encarcelados por anunciar la Buena Nueva del Reino y denunciar a los “dioses del poder y del dinero”. Ya son muchos los mártires que en América Latina han dado su vida en la lucha por la defensa de la Vida. Su sangre es semilla de libertad y esperanza.
      ¿Qué estamos haciendo para cuidar la casa común? ¿Tenemos el coraje de Simón?

Oremos:
Para que podamos ser cuidadores de la casa común, oremos al Dios de la Vida, Escúchanos, Señor
Por los que trabajan por la tierra y los más pobres, oremos a Jesús, Dios-hecho carne. Escúchanos, Señor
Para que haya justicia por todos los asesinados por cuidar la creación, oremos al Espíritu Santo, Escúchanos, Señor

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos


Sexta estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del libro del profeta Zacarías:                                                                            
…derramaré un espíritu de gracia y de súplica. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito.

Meditación:
La Verónica reconoció algo en el rostro deformado y sangriento de Jesús. Con ternura ella limpió su cara.  ¿Reconocemos el rostro de Dios en los pobres, los marginados, en los pobres? Podemos, también, ver señales de la gloria de Dios en la creación que Dios nos ha dado y que frecuentemente deformamos por nuestras actitudes y acciones.
El Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ nos recuerda que
El universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo. Entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre. El ideal no es sólo pasar de lo exterior a lo inte­rior para descubrir la acción de Dios en el alma, sino también llegar a encontrarlo en todas las co­sas, como enseñaba san Buenaventura: “La con­templación es tanto más eminente cuanto más siente en sí el hombre el efecto de la divina gracia o también cuanto mejor sabe encontrar a Dios en las criaturas exteriores”.
La Verónica limpia el rostro de Dios. ¿Qué hacemos ante el rostro deformado de Dios en los pobres y en la tierra?

Oremos:
Para que podamos reconocer el rostro de Cristo en los pobres y los enfermos, Escúchanos, Señor.
Para que miremos la creación con los ojos de Dios y cuidarla con ternura, Escúchanos, Señor.
Para que desarrollemos una mirada contemplativa de todo lo que hace Dios y tratarlo con respeto, Escúchanos, Señor.
                                                                                     
      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos



Séptima estación: Jesús cae por segunda vez
                 
      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo evangelio según san Lucas     
Jesús decía a toda la gente: ‘Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y que me siga. Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo se perderá, y el que pierda su vida por causa mía, se salvará.
     
Meditación:
Cristo cae por segunda vez por el peso de la cruz y el peso de nuestros pecados.
El agua sufre por el peso de nuestros pecados. Y los pobres sufren. Como escribió El Papa Francisco:
Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días.  En­tre los pobres son frecuentes enfermedades rela­cionadas con el agua, incluidas las causadas por microorganismos y por sustancias químicas. La diarrea y el cólera, que se relacionan con servi­cios higiénicos y provisión de agua inadecuados, son un factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil.
No cuidamos las fuentes de agua y tenemos nacimientos contaminados. Ríos y quebradas están contaminados con aguas negras y aguas mieles, y con las aguas contaminadas por empresas privadas, especialmente las empresas extractivas. Muchos ríos están concesionados para presas hidroeléctricas por empresas internacionales, dejándoles a los vecinos sin acceso al agua. También, en nuestras casas, dejamos las llaves de agua abiertas y hay un desperdicio tremendo de agua. Por todo eso, muchas sufren por la escasez de agua potable.
Jesús, aun cayo, se levantó para seguir el camino hasta la cruz, la última entrega.
Nosotros debemos cambiar, cuidando la casa común – con pequeños hechos de proteger los nacimientos, guardar y conservar el agua, y con grandes hechos de llamar a todos, especialmente a las autoridades, a cuidar el agua. Recordamos lo que escribieron en enero 2018  los obispos latinoamericanos en una carta pastoral, 
“Exhortamos a los Estados a administrar con justicia, prudencia y previsión el agua y los otros factores del ambiente que son ’bienes públicos’ … Es una tarea ineludible de los gobiernos “garantizar el destino universal de estos bienes” pues “el agua es un bien universal que es esencial para el desarrollo integral de los pueblos y para la paz”.

Oremos
Por desgastar el agua en la casa, Señor, ten piedad.
Por no guardar las fuentes de agua, Cristo, ten piedad.
Por contaminar el agua,  Señor, ten piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
        
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos

Octava estación; Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo evangelio según san Lucas     
Lo seguía a Jesús muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos”.

      Meditación
Varias mujeres, muy acostumbradas a los sufrimientos de sus familias, lloran al verle a Jesús. Pero, él les avisa que pongan atención a los sufrimientos suyos y de sus hijos. Lo que vemos en los sufrimientos de Jesús podemos ver en los sufrimientos propios y en los sufrimientos de los pobres y aún de la tierra.
Recordamos los efectos del descuidado de nuestra casa común no solamente para nosotros y para nuestra generación sino para todos. Como escribió el Papa Francisco,
“Ya no puede hablarse de desarrollo sostenible sin una solidaridad intergeneracional.… ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están cre­ciendo?”
Debemos llorar por los golpes contra la humanidad y la casa común y vigilar por el futuro, buscando un futuro para el bien común de todo y de todos.
Como el Papa Francisco escribió en su mensaje por la jornada del cuidado de la creación en 2016, 
Como subraya la ecología integral, los seres humanos están profundamente unidos unos a otros y a la creación en su totalidad. Cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos. Al mismo tiempo, cada criatura tiene su propio valor intrínseco que debe ser respetado. Escuchemos “tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, y busquemos comprender atentamente cómo poder asegurar una respuesta adecuada y oportuna.

      Oremos
Para que podamos escuchar el clamor de la tierra y de los pobres, respondiendo con solidaridad, Escúchanos, Señor.
Para que podamos ver los sufrimientos de todos en la luz del sufrimiento de Cristo, Escúchanos, Señor.
Para que las mujeres del mundo, llorando por sus hijos muertos, reciban consuelo de nosotros, Escúchanos, Señor.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos

Novena estación: Jesús cae por tercera vez
                                                 
      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del libro de salmos:
Ha contraído una enfermedad mortal; el que se acostó no se levantará. Incluso mi amigo, en quien confiaba, y que compartía mi pan me pone zancadillas. Mas tú, Señor, ten piedad, ponme en pie y les daré su merecido. En esto conozco que me quieres: que mi enemigo no cantará victoria a mi costa.

      Meditación:
            Cristo cae por el peso de la cruz y de nuestros pecados.
Nuestros países latinoamericanos sufren por el peso de nuestros pecados personales y contra la creación. Como los obispos latinoamericanos escribieron:
El interés codicioso de explotar la Madre Tierra hasta la última gota lleva a transformar drásticamente los paisajes, talando bosques, desviando ríos, trazando carreteras, destruyendo la capa vegetal, y en fin, generando una serie de impactos que merecen ser sometidos a evaluación desde el punto de vista ético y moral en diálogo con las ciencias.
Dañamos el suelo cuando quemamos la tierra o talar los bosques. Lo contaminamos con veneno y químicos dañosos. Gastamos los recursos de la tierra por el uso intensivo de combustibles fósiles (petróleo, carbón, y gas).
También, la concentración de la tierra en manos de pocos no permite que la mayoría tiene acceso a lo que necesitan para el desarrollo integral la vida de sus familias. Como escribió el Papa Francisco:
La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satis­facer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de pro­piedad estructuralmente perverso.
     
      Oremos
            Por explotar la tierra, Señor, ten piedad.
            Por quemar la tierra y talar los bosques,  Cristo, ten piedad.
            Por no compartir los bienes de la tierra con los pobres,  Señor, ten piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos

Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

      Lectura del santo evangelio según san Juan:
Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron su ropa y la dividieron en cuatro partes, una para cada soldado; tomaron también la túnica. Era una túnica sin costuras, tejida de arriba abajo, de una pieza…. Así se cumplió lo escrito: Se repartieron mi ropa y se sortearon mi túnica. Es lo que hicieron los soldados.

      Meditación
Los soldados le tratan a Jesús como una cosa, dejándolo desnudo. No lo tratan como una persona humana. Repartieron su ropa como botín, para su ganancia personal.
Tantas personas, especialmente los pobres y los pueblos indígenas, sufren lo mismo,  así como la discriminación y la desigualdad.
En La Alegría del Evangelio, El Papa Francisco condenó la cultura de descarte:
Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son “explotados” sino desechos, “sobrantes”.
Así lo trataron a Jesús los soldados. Así se tratan a muchos pobres y pueblos indígenas y también los bienes de la tierra. Despojados, son como los “desechos” del mundo.
Pero toda persona, todo pueblo, toda la creación tienen dignidad como la creación de Dios.
En las palabras de los obispos latinoamericanos:
A las relaciones fundamentales con Dios, con uno mismo y con el prójimo [el Papa] añade la relación con el entorno, de modo que esta perspectiva de ecología integral invita a pasar de la cultura del descarte a la cultura del cuidado y de la cultura de la muerte prematura a la cultura de la vida.

Oremos:
      Por desacatar a los pobres y pueblo indígenas,  Señor, ten piedad.
Por usar y tirar los bienes de la creación y maltratar nuestra casa común,  Señor, ten piedad.
Por no respetar la dignidad de cada persona humana, hombre y mujer, niño y anciano, pobre y rico, Señor, ten piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos

Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo evangelio según San Lucas
Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos. Al llegar al lugar llamado de la Calavera, lo crucificaron allí, y con él a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Meditación
      Lo clavaron a Jesús en la cruz.
Lo clavamos a Jesús en la cruz no solamente cuando pecamos personalmente, pero también cuando contaminamos nuestra casa común, cuando estamos indiferentes ante el cambio climático y cuando no asumimos la responsabilidad por la tierra y reflejamos en nuestras vida la cultura del descarte, una cultura que usa y tira los dones de la creación. Ingratos e irresponsables, crucificamos a la tierra, no dejándola ser como Dios quiere. Queremos explotar la tierra como nuestra propiedad personal. Como El Papa Francisco ha escrito:
“Hemos crecido pensando que éramos sus pro­pietarios y dominadores, autorizados a expoliarla”.
En su carta pastoral, Discípulos, Misioneros, Custodios de la Casa Común,  los obispos latinoamericanos identifican como clavamos la tierra a una cruz con nuestra codicia e irresponsabilidad:
El interés codicioso de explotar la Madre Tierra hasta la última gota lleva a transformar drásticamente los paisajes, talando bosques, desviando ríos, trazando carreteras, destruyendo la capa vegetal, y en fin, generando una serie de impactos que merecen ser sometidos a evaluación desde el punto de vista ético y moral en diálogo con las ciencias.

Oremos
Por contaminar nuestra casa común,  Señor, ten piedad.
Por estar indiferentes ante los atropellos contra la tierra,  Cristo, ten piedad.
Por pensarnos dominadores de la creación, no guardianes del don de Dios,  Señor, ten piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos




Duodécima estación: Jesús muere en la cruz

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del santo evangelio según san Lucas                                                   
Al llegar al lugar llamado de la Calavera, lo crucificaron allí, y con él a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Meditación
Jesús muere en la cruz, entregando la vida para salvarnos, para liberarnos del pecado, para darnos la vida. Sufrió la violencia de la cruz, consciente de la violencia en el mundo y en nuestros corazones.
Seguimos pecando, infectando toda la creación con la violencia. Como el Papa Francisco escribió en Laudato Si’,
“La violencia que hay en el corazón humano, he­rido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivien­tes”.
Hoy en el mundo muchos sufren la violencia – la violencia personal, la violencia doméstica, los asesinatos,  la violencia de conflictos por envidia o rencor, la violencia de gobiernos corruptos y opresivos y la violencia del crimen organizado. Pero, Dios no quiere la violencia; más bien, Cristo sufrió la violencia.
Como escribió San Pablo a los Colosenses:
“Dios quiso en Cristo residiera toda la plenitud. Por él quiso reconciliar consigo todo lo que existe, en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz”.
Meditamos en silencio, poniendo al pie de la cruz toda la violencia en nosotros y en el mundo, pidiendo la reconciliación que Cristo nos ofrece.

Momentos de silencio.

Oremos:
Líbranos, Señor, de la violencia en nuestros corazones, la violencia de rencor, venganza, envidia, Señor, ten piedad.
Líbranos, Señor, de la violencia en nuestras comunidades – las asesinatos, las muertes prematuras de niños y jóvenes, la violencia doméstica, la contaminación de la tierra y las aguas, Cristo, ten piedad.
Líbranos, Señor, de la violencia estructural en las instituciones gubernamentales y empresariales, de la corrupción, del narcotráfico, de la guerra,  Señor, ten piedad.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos
Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del Evangelio de San Juan
José de Arimatea pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a las autoridades judías. Pilato le dio permiso, y José fue y se llevó el cuerpo. También Nicodemo, el que una noche fue a hablar con Jesús, llegó con unos treinta kilos de un perfume, mezcla de mirra y áloe. Así pues, José y Nicodemo tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas empapadas en aquel perfume, según la costumbre que siguen los judíos para enterrar a sus muertos.

Meditación:
José de Arimatea y Nicodemo son los que recogen el cuerpo de Jesús. Actúan en el momento necesario. ¿Dónde están los discípulos? Tienen miedo y no quieren significarse, temen correr la misma suerte que el Maestro.
Esto ha sucedido con muchos muertos en las guerras y conflictos sociales de nuestros países. La violencia generada por la ambición, el narcotráfico, el dominio de la tierra, está matando a muchos jóvenes, y las personas allegadas a los muertos (familiares y amigos) tienen que huir o esconderse.
¿Qué hacemos nosotros ante estos casos? ¿Qué estamos haciendo ante la injusticia que entierra en la miseria y pobreza a nuestro pueblo?
Así como José de Arimatea y Nicodemo se comprometieron a darle santa sepultura al cuerpo del Señor Jesús, hombres y mujeres tenemos que comprometernos al servicio de los demás, luchando por una vida más justa y organizándonos para dar una mejor atención a quien lo necesita.

      Oremos:
Para que consolemos a las víctimas de la violencia, acercándonos y ayudándoles en su dolor, oremos al Señor,  Te rogamos, óyenos.
Para que tenemos el coraje de José de Arimetea y Nicodemo, acercándonos a los marginados, las víctimas de la violencia institucional, oremos al Señor,  Te rogamos, óyenos.
Para que los que huyen por temor, buscando refugio, reciban acogida en todos los países del mundo, oremos al Señor,  Te rogamos, óyenos.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos


Decimocuarto estación: Jesús es puesto en un sepulcro

      Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
            – porque por tu santa cruz redimiste al mundo

      Lectura del santo evangelio según San Mateo
José tomó entonces el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue….Al día siguiente … los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron a Pilato y le dijeron: “Señor, nos hemos acordado que ese mentiroso dijo cuando aún vivía: Después de tres días resucitaré. Ordena, pues, que sea asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Este sería un engaño más perjudicial que el primero”. Pilato les respondió: “Ahí tienen una guardia. Vayan ustedes y tomen todas las precauciones que crean convenientes”. Ellos, pues, fueron al sepulcro y lo aseguraron. Sellaron la piedra que cerraba la entrada y pusieron guardia.
     
      Meditación
Sus amigos pusieron el cuerpo de Jesús en un sepulcro; piensan volver entre poco para ungirlo. Para ellos, él había muerto. Probablemente quedaron desanimados.
Las autoridades tenían miedo; le han escuchado a Jesús hablando de la resurrección y la temaron. Mandan a sellar la tumba.
A veces estamos desanimados en nuestra vida; a veces los poderosos quieren aplastar cualquiera esperanza de cambio. Ponen piedras selladas para prevenir que el pueblo responda al reino de muerte, violencia y corrupción. Quieren un pueblo callado.
Pero, mantenemos la esperanza que Jesús nos da. El resucitó.

      Oremos
Para que no estemos desanimados e indiferentes ante nuestros pecados y los problemas de la casa común, Escúchanos, Señor.
Para que las autoridades no aplasten las esperanzas de una casa común en paz, en justicia y en amor, Escúchanos, Señor
Para que el Señor resucitado nos dé el ánimo para una conversión personal y ecológica, Escúchanos, Señor.

      Padre Nuestro… Dios te salve… Gloria
     
      Cristo fue obediente hasta la muerte
            – y muerte de cruz para salvarnos


CONCLUSIÓN: Resucitó

Lectura del santo evangelio según San Lucas:
El primer día de la semana, muy temprano, fueron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Pero se encontraron con una novedad: la piedra que cerraba el sepulcro había sido removida, y al entrar no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían qué pensar, pero en ese momento vieron a su lado a dos hombres con ropas fulgurantes. Estaban tan asustadas que no se atrevían a levantar los ojos del suelo. Pero ellos les dijeron: ‘¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?  No está aquí. Resucitó.

      Meditación
La tumba no pudo contener al Cristo. Se resucitó el tercer día. La última palabra no es la muerte; nuestro Dios es un Dios de la vida: Jesús resucitado.
Como dijo el Santo Mártir Monseñor Oscar Romero,
 “Cuando el pecado de los hombres sometió la naturaleza a la esclavitud, al egoísmo, a las pasiones, en Cristo encontramos la esperanza de la restauración, la belleza primigenio y la esperanza de su restitución lo que nos hace ver la maravilla de nuestros volcanes, de nuestros lagos, ríos, llanuras y mares embellecidos como nunca porque si es cierto que gimen bajo el peso del pecado y del egoísmo, en Cristo anhelan y esperan la salvación de todos los hombres a los cuales la misma naturaleza inanimada, está íntimamente unida”.
Hemos caminado el Vía Crucis con Jesús. Dios quiere que resucitemos en Él. Para eso, necesitamos una conversión. Desde la perspectiva del Papa San Juan Pablo II y del Papa Francisco, esta conversión incluye una conversión ecológica. El Papa Francisco, en su mensaje para la jornada por la paz de 2016, nos invita a vivir una nueva vida:
El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico en misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida. Y esto debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo. Estas acciones “provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente” y refuerzan “un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo”.
¿Estamos dispuestos a la conversión personal, comunitaria y ecológica para vivir en Cristo resucitado? Dios nos invita a la conversión, para vivir la fe en Jesús resucitado.

Padre Nuestro

FUENTES:
El Papa Francisco, Mensaje Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación 2016. 1 de septiembre de 2016. Mensaje.
El Papa Francisco, Laudalo Si’
Vía Crucis por la Tierra (Recurso desarrollado por la red católica Amerindia – Brasil.)
Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM, Carta Pastoral: Discípulos Misioneros custodies de la Casa Común; Discernimiento a la luz de la Laudato Si’ (2018)

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Introducción: Laudato Si’, 19; Mensaje Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación 2016
2. CELAM, Discípulos, Misioneros, Custodios de la Casa Común,  8
3. CELAM, 75.
4. Laudato Si’, 241
5. Laudato Si’, 13; CELAM, Discípulos, Misioneros, Custodios de la Casa Común. 142.
6.  Laudato Si’, 233
9.  salmos (41 [40], 9 – 12); CELAM ,11
10. La Alegría del Evangelio, 53 ; CELAM, 24
11. CELAM, 11
13. Juan 19, 38-40; Vía Crucis por la Tierra
Conclusión: Lucas 24, 1-6; Romero, homilía  6 agosto 1978; Mensaje Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación 2016