Wednesday, June 15, 2022

CORPUS CHRISTI REFLEXIONES

Corpus Christi, 2022 
Procesión de la fiesta de Corpus Christi, el Cuerpo y la Sangre de Cristo 
Esquema para oraciones en cinco altares 

Oremos con la oración del papa Francisco para la jornada mundial de migrantes, 2022 
Señor, haznos portadores de esperanza, para que donde haya oscuridad reine tu luz, y donde haya resignación renazca la confianza en el futuro. Señor, haznos instrumentos de tu justicia, para que donde haya exclusión, florezca la fraternidad, y donde haya codicia, florezca la comunión. Señor, haznos constructores de tu Reino junto con los migrantes y los refugiados y con todos los habitantes de las periferias. Señor, haz que aprendamos cuán bello es vivir como hermanos y hermanas. Amén. 

 1. Jesús – el Verbo se hizo carne; el Verbo se hace pan; el Verbo se hace pobre 
     - Infinitamente sea alabado, 
     R. Mi Jesús sacramentado. 

Lecturas de las escrituras: En el evangelio según san Juan, leemos:
la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, 
En la segunda carta de san Pablo a los corintios, Pablo dice
Ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera ricos.
En el evangelio según san Lucas escuchamos Jesús dando nos su Cuerpo y Sangre:
Después [Jesús] tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: 'Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía. Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: 'Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes'.
Reflexión 

En la eucaristía encontramos a Cristo, su cuerpo, su sangre, su ser. Nuestro Dios es un Dios que nos ama y quiere estar con nosotros. Dios se hizo carne y entró nuestro mundo. Para alimentarnos y acompañarnos, Jesús nos dejó su presencia en la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Pero también encontramos a Jesús en los pobres, los marginados. 

Como escribió el Papa Francisco, 
 “Si realmente queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los pobres, como confirmación de la comunión sacramental recibida en la Eucaristía. El Cuerpo de Cristo, partido en la sagrada liturgia, se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las personas de los hermanos y hermanas más débiles”. 
Y como Santa Madre Teresa de Calcuta ha dicho:
“El Cristo que se nos ofrece bajo las apariencias de pan, y el Cristo que se oculta bajo las semblanzas doloridas del pobre es el mismo Jesús”. 
Deje unos momentos de silencio 

Oremos 
    Ábranos, Señor, para reconocerte en la santa Eucaristía, el Sacramento de Amor, y para encontrarte en los marginados y descartados del mundo – los que viven lejos y los que se encuentran cerca. En la Eucaristía nos muestra tu amor profundo, hasta la muerte. Nos abraza con su amor y nos da la capacidad de amar. Danos, Señor, corazones para reconocerte y responder con amor. Amén. 

Padre Nuestro y Dios te salve, María 

Canto 

 2. La vulnerabilidad de Jesús – y la vulnerabilidad de los migrantes 
     - Infinitamente sea alabado, 
    R. Mi Jesús sacramentado. 

Lectura de la carta de san Pablo a los Filipenses:
Tengan unos con otros las mismas disposiciones que estuvieron en Cristo Jesús: El, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada, tomando la condición de servidor, y se hizo semejante a los hombres. Y encontrándose en la condición humana, se rebajó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz
Reflexión: 
Nada es más vulnerable que un pedazo de pan, pero Jesús se hizo pan; en la Eucaristía recibimos a Jesús, bajo las especies del pan y vino.

En su vulnerabilidad mucha gente, buscando algo mejor, migra, dejando sus hogares. La falta de trabajo, la falta de oportunidades, la pobreza, la violencia a veces les impulsan a buscar una salida. 

Los migrantes están vulnerables en el camino. Muchos aguantan hambre. Varios migrantes sufren la violencia, la extorsión y, aún, secuestros. Algunos están abandonados. Algunos incluso están objetos de trata de personas. A veces sus sueños se convierten en pesadillas, engañados por las falsas promesas de los coyotes. 

Cuando llegan a otros países, algunos están vulnerables: algunos se sienten solos, separados de sus familias; otros tienen miedo de estar expulsados, encarcelados; varias personas están explotados por sus trabajos. Sin recursos legales, otras personas experimentan violencia, asaltos o robos. 

Dios está con ellos en su vulnerabilidad, en sus sufrimientos. Se hizo vulnerable. Dios hecho hombre porque quiere acompañarnos en nuestra vulnerabilidad. 

Deje unos momentos de silencio 

Oremos: 
    Señor Jesús, te hiciste pobre y vulnerable como nosotros para mostrarnos que estás siempre presente con nosotros, sufriendo con nosotros, por tu gran amor. Mira el sufrimiento de tu pueblo, de los que emigran y de los que se encuentran en lugares ajenas y sin acogida. Ayúdales a vivir confiando en tu amor. Abre los corazones de todos para acoger a todos los migrantes, mostrándoles el amor. Amén.
   
Padre Nuestro y Dios te salve, María
Canto: 


3. La presencia de Cristo en la eucaristía y entre los migrantes 
     -Infinitamente sea alabado, 
         R. Mi Jesús sacramentado. 

Lectura del primer libro de Reyes 19, 4-8
Elías caminó por el desierto todo un día y se sentó bajo un árbol. Allí deseó la muerte y se dijo: “Ya basta, Señor. Toma mi vida, pues yo voy a morir como mis padres”. Después se acostó y se quedó dormido debajo del árbol. Un ángel vino a tocar a Elías y lo despertó diciendo: “Levántate y come”. Elías miró y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras calientes y un jarro de agua. Después que comió y bebió, se volvió a acostar. Pero por segunda vez el ángel del Señor lo despertó diciendo: “Levántate y come; si no, el camino será demasiado largo para ti”. Se levantó, pues, para comer y beber, y con la fuerza que le dio aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al cerro de Dios, el Horeb.
Reflexión: 

    La Eucaristía es el alimento que sostiene nuestra existencia. Es pan para el camino.
    Dios le dio al profeta Elías pan para el camino en medio de su desesperación, para que pudiera llegar al monte santo. 
    Dios nos da la Eucaristía para que podamos caminar con Dios hasta la santidad. La Eucaristía es el alimento del Pueblo de Dios. Jesús nos da su Cuerpo y Sangre para que podamos vivir más íntimamente con Él.
    La Iglesia llama a la Eucaristía dada a los que están muriendo el Viático, el pan para el viaje, para sostener al moribundo en su paso al Padre.
    En su camino, a veces los migrantes sufren hambre y, aún más, la desesperación, como Elías experimentó. 
    Dios quiere sostenerlos con su amor – y los migrantes encuentran personas de buena voluntad que les ayudan no solamente con comida sino también con palabras de aliento. Dios está con ellos en sus dificultades, no siempre resolviendo sus dificultades, sino dándoles aliento para seguir. 
    Necesitamos la alimentación que Dios nos da – en nuestra vida diaria y, más que todo, en la Eucaristía. Pedimos al Señor que nos dé el pan de cada día y, más que todo, el Pan de Vida, su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía. 

Deje unos momentos de silencio 

Oremos por todos los migrantes que conocemos. 

Invita a todos de decir los nombres de los migrantes. 
  Primero, digan los nombres de los migrantes que han muerto. Después de cada nombre, todos respondemos: Dale, Señor, descanso eterno
• Segundo, digan los nombres de los en camino. Después de cada nombre, todos respondemos: Guía su camino, Señor
• Tercero, digan los nombres de todos los otros migrantes. Después de cada nombre, todos respondemos: Protégelos, Señor
• Cuarto, digan los nombres de los que han regresado, deportados. Después de cada nombre, todos respondemos, Señor, dale esperanza. 

Padre Nuestro y Dios te salve, María 
 Canto 


 4. Jesús sufriendo en los afectados por la migración 
     - Infinitamente sea alabado, 
         R. Mi Jesús sacramentado.

Lectura del evangelio según san Juan 14, 18-20
No los dejaré huérfanos, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes me verán, porque yo vivo y ustedes también vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre y ustedes están en mí y yo en ustedes.
Reflexión: 
     Jesús está siempre con los que sufren. 
     La migración afecta no solamente los migrantes, sino también las familias y las comunidades que dejan. La migración ha dejado familias desintegradas - niños que apenas reconocen su padre, madres que no tienen la ayuda de su esposo. ¿Cómo podemos dar a las familias de migrantes la ayuda que necesitan, más que todo en lo espiritual y moral?
    La migración ha dejado varias comunidades sin la presencia de muchos hombres y adolescentes. Las familias se encuentran endeudadas por pagar a los coyotes y los secuestradores. Algunas buscan dinero por medias poco legales – por eso, la venta de drogas y la prostitución 
    La Eucaristía es un signo que Dios está con nosotros, no importa donde, y Él quiere sostenernos.

Deje unos momentos de silencio 

Oremos, 
Señor, Padre nuestro, para quien nadie es extraño y nadie lejano para recibir ayuda; mira benignamente a los migrantes y refugiados, y a todos tus hijos dispersos por el mundo; concédeles a ellos el retorno a la patria, y a nosotros nos des caridad efectiva para con los pobres y los desterrados. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.     

Padre Nuestro y Dios te salve, María 

Canto 


5. María, Madre de Jesús, y la Eucaristía 
    - Infinitamente sea alabado, 
         R. Mi Jesús sacramentado. 

Lectura del evangelio según san Juan 19, 25-27 
En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena .Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí está tu madre". Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a vivir con él. 

Reflexión: 
    María, madre de Jesús, es madre  de la Iglesia. 
    Dios se hizo carne, humano, en el vientre de María. Dios se hizo pan en la Eucaristía. Como Jesús dijo, “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo." 
    María es una mujer que ha visto el sufrimiento de su hijo y tiene compasión por todos los que sufren. Ella puede ver el sufrimiento de las mujeres y muchachas abandonadas, abusadas, violentadas, tratadas para la prostitución. 
    Ella había huido con Jesús y José para huir la violencia del rey Herodes como los que migran para escapar de la violencia. 
    María mira al sufrimiento de las mujeres que migran, en medio de los peligros del camino, las amenazas de violencia, trata y violación, los días sin comida para ellas y sus hijos. 
    María también está presente con las mujeres dejadas solas, por la migración de sus esposos e hijos.         María, junto a la cruz, nos muestra como responder a los que sufren; su presencia nos muestra la compasión de Dios. 

Deje unos momentos de silencio 

Oremos, 
Señor Dios, Hijo de Dios e hijo de María, presente en la Eucaristía, mira con amor a todos los afectados por la migración, especialmente las mujeres y sus hijas e hijas. Protégelos, por la intercesión de tu Madre, María. Amén. 

Padre Nuestro y Dios te salve, María 

Canto

Saturday, June 4, 2022

ENVIO Vigilia de Pentecostés

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor. 
Envía tu Espíritu , Señor, y serán creados 
y renovarás la faz de la tierra. 

Fue casi en esta hora 
cuando descendió el Espíritu Santo 
sobre los setenta y dos discípulos, 
encerrados en el cenáculo aislados, 
tal vez con miedo, 
 con las puertas cerradas. 

En medio de su comodidad, su grupo encerrado, 
interrumpió el Espíritu Santo.

Y tuvieron que salir y anunciar lo que habían experimentado: 
la novedad, la buena nueva de Dios, hecho carne, en Jesús, 
que se entregó, se murió en la cruz y resucitó 
– un Dios vivo que ni nada ni nadie puede aplastar. 

 Anunciaron la buena nueva, el kerigma: 
“Jesús, Señor nuestro, fue entregado por nuestros delitos y resucitado para nuestra justificación” (Rom 4,25)

 O, como dice el Papa Francisco (Evangelii Gaudium, 164): 

“Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte”. 

 No pudieron quedarse encerrados, 

tuvieron que salir,
porque, somos, como dice el papa Francisco,
“una iglesia en salida”.

Salimos de aquí, esta noche,
dando testimonio que algo nuevo está pasando,
el Espíritu Santo renueva la faz de la tierra.

Pero, renueva con nosotros,
dando testimonio con nuestras vidas
que Dios quiere y está haciendo algo nuevo
 en nosotros, con nosotros. 

El testimonio se hace más que todo con nuestras vidas;
no bastan las palabras.
El mundo espera el testimonio de nuestras vidas. 

Pero, ¿cómo hacemos? 

Me gusta mucho las palabras de la secuencia 

Ven, Espíritu Santo, y envíanos desde el cielo tu luz, para iluminarnos.
Ven ya, padre de los pobres, luz que penetra en las almas, dador de todos los dones.
Fuente de todo consuelo, amable huésped de alma, paz en las horas de duelo.
Eres pausa en al trabajo; brisa, en un clima de fuego; consuelo, en medio del llanto. 

En la secuencia, pedimos al Espíritu Santo, 

Lava lo que está sucio; 
Riega lo que está árido; 
Sana lo que está herido. 
Doble lo que está rígido; 
Caliente lo que está frío; 
Enderece lo que desvía.
Tanta suciedad en nuestro mundo:
    la suciedad del pecado;
    la suciedad del descuidado de la casa común.
         ¿Cómo podemos lavar lo que está sucio? 

 Tanta aridez en nuestro mundo:
     las personas, los jóvenes que han perdido la alegría de vivir,
     los ancianos que no sienten el calor del amor de sus familiares;
     la tierra hecha árido e infértil por sequía o por químicas.
        ¿Cómo podemos regar lo que está árido?

Tantas heridas en nuestro mundo:
    las heridas de la violencia, del abuso, 
    las heridas de las víctimas de guerra,
    las heridas de los que sufren de la pobreza,
    de la falta de comida, de salud, de trabajo. 
        ¿Cómo podemos sanar las heridas? 

Tanta rigidez en nuestro mundo:
    personas con corazones cerrados
    a las necesidades de sus prójimos,     
     naciones que hacen muros, rechazando a los que son diferentes,
    aún agentes de pastoral que no buscan a los alejados.     
        ¿Cómo podemos doblar, suavizar lo que está rígido? 

 Tanto frío en nuestro mundo: 
    Los corazones fríos que no tienen espacio
    para Dios, 
    para los pobres, los desvalidos, los enfermos;
    las estructuras sociales y eclesiales que no abrazan
    a los que se sienten rechazados, aislados y descartados. 
        ¿Cómo podemos calentar lo que está frio? 

Tantas sendas torcidas en nuestro mundo. 

Que el Espíritu Santo nos de la fuerza,
el ánimo de poner todo esto en práctica
en nuestras vidas, en nuestras comunidades,
en nuestra parroquia y en nuestro país. 

Él hace eso en nosotros
y nos manda a hacerlo.

El Espíritu penetró las puertas cerradas
 en el primer Pentecostés.
Él les dio a los discípulos
 el valor de anunciar la buena nueva de Cristo resucitado
por sus palabras y sus vidas.

Él puede hacer lo mismo de nosotros.
Y, como Jesús nos manda:
    Vayan por todo el mundo,
     mostrando a todos
        que Dios nos ama, nos salva
            y nos da la vida eterna no solamente para nosotros,
             sino para compartir con todos. 

Vayan en paz
para servir le a Dios y a todos.
Sean fuego del amor del Espíritu.