Las bienaventuranza para una comunidad eclesial de base
El Evangelio del cuarto domingo del tiempo ordinario, ciclo A
OBJETIVO: La felicidad no
consiste en tener muchas cosas; consiste en seguir a Cristo, pobre y manso.
Papa Francisco en su
homilía del 1 de noviembre de 2016, propuso seis nuevas bienaventuranzas,
recordándonos que “estamos llamados a ser bienaventurados, seguidores de Jesús,
afrontando los dolores y angustias de nuestra época con el espíritu y el amor
de Jesús”.
· “Bienaventurados los que soportan con fe los
males que otros les infligen y perdonan de corazón”.
· “Bienaventurados los que miran a los ojos a los
descartados y marginados mostrándoles cercanía”.
· “Bienaventurados los que reconocen a Dios en cada
persona y luchan para que otros también lo descubran”.
· “Bienaventurados los que protegen y cuidan la
casa común”.
· “Bienaventurados los que renuncian al propio
bienestar por el bien de otros”.
· “Bienaventurados los que rezan y trabajan por la
plena comunión de los cristianos”.
ILUMINACIÓN BÍBLICA Y DOCTRINAL
Texto bíblico: Mt 5, 1-12a
El Papa Francisco
dice que “las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del
cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús”. Son pistas y desafíos de la
vida cristiana.
La primera dice, “Dichosos
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos”. Otra
traducción dice, “Felices los que tiene el espíritu del pobre…”. En el
evangelio de san Lucas, la primera bienaventuranza es “Felices ustedes los
pobres…”.
¿Quiere decir
“pobres de espíritu”?
Gustavo Gutiérrez escribió:
“El agregado ‘de
espíritu’ transforma la referencia a una situación económica y social
(‘pobre’)en una disposición para aceptar la Palabra de Dios…. Se trata de vivir
en total disponibilidad a la voluntad del Señor, hacer de ella nuestro
alimento…. Es la actitud de quienes se saben hijos e hijas de Dios, hermanas y
hermanos de los demás. Ser pobre de espíritu es ser discípulo de Cristo.”
Este espíritu nos
abre al don del amor de Dios y a la solidaridad con los pobres y oprimidos.
Este espíritu nos ayuda a tener paz y tranquilidad en medio de los males que
nos afectan.
En las
bienaventuranzas, Jesús quiere mostrarnos que la verdadera felicidad es vivir
con Él, escuchando su llamada a una vida de amor de Dios, compartiendo el amor
con los demás.
REFLEXIONEMOS
· ¿Cuándo ha experimentado la felicidad? ¿Ha encontrado la felicidad, la paz,
en medio de sufrimiento? Compartan sus experiencias.
· Leen otra vez las bienaventuranzas, pausando después de cada
bienaventuranza para compartir experiencias o cortas comentarios. Inviten a
todos a compartir algunas experiencias de su vida cuando ha vivido la felicidad
de la bienaventuranza leída.
¿Y NOSOTROS QUÉ?
· En esta semana, escoge
una bienaventuranza y trata de vivirla en su vida cotidiana.
AVISOS
ORACIÓN FINAL
Hágame, Señor, pobre de
espíritu.
Hágame, Señor, humilde y manso
de corazón.
Hágame, Señor, un instrumento
de tu paz.
Dame, Señor, el hambre y sed
de justicia.
Dame, Señor, un corazón
limpio.
Dame, Señor, la compasión y la
misericordia.
Atiéndame, Señor, en tiempos
de tristeza y llanto, en tiempos de persecución.
Ayúdame, Señor, de vivir las bienaventuranzas en mi vida diario y, en
esta manera, encontrar su bendición y felicidad.
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