La escuela de Nazaret
Notas para una homilía, La fiesta de la Sagrada
Familia
Eclesiástico 3, 2-6. 12-14
Colosénses 3, 12-21
Lucas 2, 22-40
Cuando visitó a Nazaret, Papa Pablo Sexto habló de
la escuela de Nazaret.
Nazaret es la escuela de iniciación para
comprender la vida de Jesús. La escuela del Evangelio. Aquí se aprende
observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido, tan profundo y
misterioso, de aquella simplísima, humildísima, bellísima manifestación del
Hijo de Dios
¿Qué podemos aprender de esta escuela?
Primero, orar.
Es seguro que rezaban en la casa de la Sagrada
Familia. Yo tengo en mi mente la imagen de Jesús en el regazo de María,
aprendiendo los salmos y las oraciones judías.
Entre los judíos la madre tiene un papel
importante en la oración de la casa. Ella enciende la vela de la cena del Sábado
y reza la bendición de la luz.
María era una mujer de oración – como escuchamos dos
veces en el segundo capítulo del evangelio de San Lucas.
Su madre conservaba cuidadosamente todas
las cosas en su corazón. (Lucas 2, 19.51)
En la familia debemos rezar – no solamente con
palabras. Debemos cultivar oración en silencio – ayudándoles a todos pensar de
su vida y poner todas nuestras angustias y alegrías en las manos de Dios.
Como Pablo escribió:
Con el corazón lleno de gratitud, alaben a
Dios con salmos, himnos y canticos espirituales…
Segundo, amar.
Como predicó Papa Pablo VI,
Enseñe Nazaret lo que es la familia, su comunión
de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable;
enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe lo fundamental e
insuperable de su sociología.
En Nazaret, la sagrada familia vivía con amor. Tenemos
tratar de vivir como ellos, pero no es fácil.
Aún, san Pablo nos da algunas sugerencias como
vivir en familia:
…sean compasivos, magnánimos, humildes,
afables y pacientes.
Sopórtense mutualmente y perdónense…
Y sobre todo, tengan amor…
Tercero, Nazaret nos enseña como trabajar.
Como dijo Papa Pablo VI:
¡Oh
Nazaret, oh casa del "Hijo del Carpintero", cómo querríamos
comprender y celebrar aquí la ley severa, y redentora de la fatiga humana;
recomponer aquí la conciencia de la dignidad del trabajo; recordar aquí cómo el
trabajo no puede ser fin en sí mismo y cómo, cuanto más libre y alto sea, tanto
lo serán, además del valor económico, los valores que tiene como fin…
Hoy celebramos la sagrada familia. Pero, también
debemos celebrar las familias nuestras, conociendo que nuestras familias con, a
veces, débiles y siempre llenas de desafíos. Pero, con la ayuda de Jesús, María
y José podemos caminar en el camino hasta el amor, la comprensión, el perdón en
la familia.
Termino mis pensamientos con la oración del Papa Francisco
al fin de su exhortación, La Alegría del Amor:
Jesús, María y José
en ustedes contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a ustedes, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias
episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la
familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesus, María y José,
escuchen, acojan nuestra súplica.
Amén
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La imagen de la Sagrada Familia es de la casa matriz de las Franciscanas de la Sagrada Familia, Dubuque, Iowa, USA