Adviento Domingo 4 A
Isaías 7, 10-14
Romanos 1, 1-7
Mateo 1, 18-24
Adviento es un tiempo de esperanza.
Pero ¿qué esperamos? ¿tenemos una esperanza abierta a las sorpresas de
Dios? O ¿Esperamos siempre lo mismo?
En nuestro mundo, en Honduras, hay mucho que genera desaliento, la falta de
esperanza. Como dijeron los obispos en un mensaje publicado esta semana,
escribieron:
Vivimos tiempos difíciles, por la
situación política, la economía, pro la inseguridad y la falta de empleo; y no
es extraño que gran parte de la población exprese su falta de fe y de esperanza
en nada y en nadie.
Contra este desaliento, queremos compartir
razones para la esperanza, fundamentándonos en nuestra fe en Cristo, el
Salvador. El Nacimiento de Jesús en Belén, “es el acontecimiento único y
extraordinario que ha cambiado el curso de la historia”, afirma el Papa
Francisco…
Si nos dejamos iluminar por los valores
que Cristo nos enseña, seremos capaces de cambiar el curso de la Historia de
Honduras.
Dios nos ofrece esperanza – aún más nos
presenta algo nuevo,
Pero. ¿cómo respondemos cuando Dios nos lo
ofrece?
¿Somos como Ajaz? Dios promete de darle la señal que pide. La repuesta del
rey aparece muy piadosa: “No la pediré. No tentaré al Señor”.
Pero, debemos saber que Ajaz no quiso
una señal de Dios. Estaba muy contento con su manera de gobernar, y su manera
de defender al pueblo – con alianzas con naciones poderosas y con la fuerza de
su ejércitos. No quiso algo diferente.
Pero, Isaías le dio otra señal, un señal de Dios:
“la jovencita concebirá y dará a luz un
hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.
El rey Ajaz espera en lo que él mismo puede hacer, no en las maravillas
nuevas que Dios puede hacer.
En el evangelio, tenemos una situación diferente. José, esposado con María,
dio a conocer que María estaba embarazada (con Jesús). Él tenía sus planes –
muy sensible. No quiso dañar o desprestigiar a María.
Pero, Dios tuvo otro plan y José se puso de acuerdo y la recibió en su
casa.
Él estaba abierto a algo nuevo. No negó de cambiar sus planes. Aunque fuera
algo nuevo e inesperado, aceptó el mensaje de su sueño.
¿Qué es la esperanza de la persona fiel?
Yo creo que la esperanza es confianza en las promesas de Dios y la
disponibilidad de cambiar . Está fundada en la confianza que Dios está- con
nosotros, que Él es Emanuel – Dios-con-nosotros. Un Dios que quiere caminar con
nosotros, acompañándonos.
No es una actitud pasiva. No, la esperanza debe propulsarnos a abrirnos al
camino nuevo que Dios nos propone. Ajaz no quiso cambiar sus estrategias,
confiado en sí mismo. José puso su confianza en Dios.
¿Somos como el rey Ajaz o como San José?
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San Agustín: “la esperanza tiene dos bellas y queridas hijas: la
indignación y el coraje. La indignación para rechazar las cosas tal como están;
y el coraje, para cambiarlas”.
(La foto es de uno de los nacimientos en la catedral de Ravenna, Italia, tomada el 10 de febrero de 2013.0
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