Notas para una Homilía
Primero Domingo de Adviento
Ciclo B
3 diciembre 2017
Isaías 63,
16b-17. 19b; 64, 2-7; 1 Corintios 1,
3-9; Marcos 13, 33-37
Una luz brilla en
la oscuridad.
Pero en nuestro
país, Honduras, andamos en la sombra de incertidumbre, de toques de queda, de
tiniebla, aún de miedo.
Pero, hoy
comenzamos el tiempo litúrgico de Adviento, un tiempo marcado con mensajes de
esperanza, con la expectativa de celebrar un nacimiento, el Salvador, Jesús, Dios se hizo carne.
¿Cómo podemos
encontrar la esperanza cuando Honduras está en crisis, sufriendo miedo y más?
Es importante que
nuestra esperanza sea real, arraigado en el mundo actual.
El profeta Isaías
relata la experiencia del pueblo de Dios, que ha dejado al lado la alianza con Dios,
y anda con corazón duro. Él clama a Dios:
Vuélvete, por amor…
Ojalá rasgaras los cielos y bajaras,
estremeciendo las montañas en tu presencia.
Nuestro Dios ha
descendido, Dios se hizo carne, pero no con el ruido de los truenos. Bajó como
niño pobre. Jesús vive entre nosotros.
Pero, Isaías
escribe algo que nos desafía:
Tu sales al encuentro del que practique alegremente la justicia y no pierde
de vista tus mandamientos.
Adviento es una
llamada al encuentro alegre con el Dios de la justicia.
Pero, ¿dónde nos
encontramos con este Dios?
No sabemos cuando
llegue. Entonces
Velen.
Estén preparados.
Permanezcan alerta.
Este es lo que
Dios quiere. Aparece difícil, pero tenemos que recordar lo que San Pablo escribió
a los corintios:
Por medio de Cristo, “no carecen de
ningún don ustedes”.
Jesucristo “los hará permanecer irreprochable
hasta el fin, hasta el día de su adviento”.
No comments:
Post a Comment