Thursday, August 8, 2019

¿Dónde está tu corazón?


Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón.

Notas para el domingo del decima-novena semana 
del tiempo ordinario, ciclo C
Lucas 12, 32-48


A veces leer las vidas de los santos puede ayudarnos entender mejor lo que dice la Biblia. Hay una leyenda de la vida de San Antonio de Padua y un cuento del beato misionero Padre Francisco Rother que iluminan la lectura del evangelio de este domingo.

El corazón del avaro


      En Toscana, Italia, se estaban celebrando solemnemente, las exequias de un hombre muy rico. Antonio está presente en el funeral y, movido por una inspiración se pone a gritar que aquel muerto no tenía que ser enterrado en un sitio consagrado, sino a lo largo de las murallas de la ciudad. Y esto porque su alma estaba condenada al infierno, y aquel cadáver no tenía corazón, como había dicho el Señor: “Donde está tu tesoro, allí está también tu corazón”.

      Ante esta exhortación, los presentes quedaban turbados y comenzaba una encendida discusión. Finalmente llamaron los médicos, que abrieron el pecho del difunto.    Efectivamente, el corazón no estaba en la caja torácica y, llegando a su casa, lo encontraron en la caja fuerte donde conservaba el dinero.

El corazón del beato Padre Apla's


      Beato Stanley “Francisco” Rother, Padre Aplás, fue un sacerdote misionero de los Estados Unidos en la parroquia de Santiago Atitlán, Guatemala. Trabajaba entre los indígenas, evangelizándoles, formando a la gente en la fe, ayudándoles aprender oficios y mejorar la agricultura. Visitaba a los enfermos y trabajaba con los agricultores en las milpas. También tradujo los evangelios en su idioma.

      Catequistas y otros líderes de la parroquia fueron asesinados por las fuerzas del gobierno. Él también recibió amenazas de muerte. Salió del país por algunos meses pero volvió. Como escribió a un familiar, “El pastor no puede huir a la primera señal de peligro y dejar a sus ovejas que se defiendan solas”. Fue matado en la casa cural en la noche de 28 de julio del año 1981.

      Luego el funeral, el cuerpo del padre fue llevado a los Estados Unidos para el entierro. Pero la gente indígena de su parroquia pidieron que su corazón fuera enterrado en la iglesia donde servía. Su corazón está enterrado en la iglesia de Santiago Atitlán, entre sus amados feligreses. Su tesoro era el pueblo indígena y allá está su corazón.

¿Dónde está tu corazón?



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